jueves, 21 de junio de 2012

Más allá del horizonte, se podía sentir entrelazar dos cuerpos. Eternamente vivos.






El sol se hundió más allá del horizonte como una bala de cañón cayendo al suelo,
sumergiendo la ciudad en la oscuridad. Era de noche, nuestra noche.
Le cogí las mejillas entre mis manos y me incliné, presionando la frente con la suya.
Mientras permanecimos allí parados, palma contra palma,
frente contra frente, podía haber jurado como mi corazón volvía a la vida, 
latiendo en perfecta sincronía con el suyo.
Me sentía bien, eternamente viva.

martes, 19 de junio de 2012

Escapemos.





A veces cuando estoy allí, contigo, me dices que no tenemos nada que hacer,
nada de gran cosa. En realidad ya lo hacemos, al menos tú por mí.
Me salvas de ese cólera que ahora yace lejos de nosotros,
y si por mí fuera me escaparía ahora mismo contigo, en este instante.
Abandonarlo todo, nuestros cóleras,
nuestros problemas y lo más importante, las preocupaciones.
Sin que nadie nos pueda decir qué hacer y cómo hacerlo. 

De tapices es difícil llegar a reparte.



La mayoría de mis entradas como se puede comprobar son de un todo ¿"cursis"? puede, pero tampoco es lo que busco. Son entradas que derrochan felicidad, deseo, amor. En esta vida no hay nada mejor que eso, pero no siempre está todo eso tan bonito presente.
Yo en cambio, lo prefiero. Prefiero tapizar mis problemas y desdichas preocupaciones con pinceladas de amor, aunque en ese momento sea algo así como una falsa, y a la vez no. 
Siempre es mejor mostrar esa especie de sonrisa por la vida, que una cara larga, que es tan triste.
Pero es una mierda, ahora mismo...solo me siento, sola.

lunes, 18 de junio de 2012

" Cuando AMO, AMO hasta que el alma se deshaga"



Me tendí junto a él, trazando la curva de su barbilla con el dedo índice a la vez que posaba los labios sobre los suyos. El beso fue tan suave y tierno que sentí combinarse su esencia y la mía, creando una fuerza que era más grande que nosotros.
Le atraje hacia mí, envolviéndole en un fuerte abrazo. No estoy segura de cuánto tiempo estuvimos allí tumbados, juntos. Inhalé, inhalé ese perfume embriagador que poseía siempre, sentí tal deseo que me aparté. Le amaba, le amaba tanto que dolía; hacia que fuera tan difícil respirar, más difícil hablar, más difícil pensar...
- ¡Te amo! -chillé, pero el viento se llevó las palabras en cuanto abandonaron mi boca.
Las imaginé viajando en la brisa, flotando por todo el mundo hasta que cada persona de cada ciudad supiera de mi amor.

miércoles, 13 de junio de 2012

Un corazón más grande que la luna.

Tuvo que explotar para que me diera cuenta de que no podía perderle por nada del mundo. 
Si él caía, yo lo hacía junto a él.





Tuvo que detonar la bomba en mil cachitos para que me salpicase y así abrir mis ojos de una vez. Yo suplicaba atención de la que me sobraba, yo pedía, y pedía y reprochaba. Hablaba de abrir lo ojos, pero eran los míos los que estaban cerrados. 
Él me necesitaba, me necesitaba más que nunca. Él necesitaba esa atención de hogar, de sentirse cálido y arropado, de ser amado. Su hogar es mi hogar, un lugar en cada hueco de mis brazos, y el calor es el amor que guardo en cada uno de mis abrazos. No quiero vivir, no quiero pasar los días sin saber si estará bien. Quiero que sea feliz, conmigo. Cuando estamos juntos, solo somos uno. Sus problemas son mis problemas, y sus alegrías son también las mías. Sinceramente, después de todo este tiempo, nunca pensé que estaríamos aquí, nunca pensé que estaríamos así.

"Te amo mucho más de lo que puedas imaginar, Te amo mucho más de lo que algún día sabrás".




lunes, 11 de junio de 2012

*Greece*








El sonido de las olas contra las rocas me despierta, suena tan salvaje que parece que gritan susurros. No es día de tormenta, el sol quiere abrir mis ojos con toda su fuerza, pero creo que hasta dentro de unos minutos no lo va a lograr. La brisa desapareció esta noche, algo que me alegra porque solo tenía tu calor para abrigarme. Puedo recordar cada segundo grabado en mi piel. Después de bailar con todos esos lugareños, recorrimos las paredes blancas de esas calles griegas, hasta llegar aquí, con una botella en la mano. No nos la bebimos, pensamos que iba a ser demasiado bonito como para no tener todos los sentidos puestos en nosotros. Entonces nos sentamos, y saco de mi bolsillo un bolígrafo y una servilleta arrugada que guardé del restaurante donde cenamos, y comienzo a escribir: "Hoy, 29 de agosto, creo que a las 3 de la madrugada, no estoy segura de la hora que es, ni de nada a mi alrededor, bueno, excepto tú. Estoy segura de que eres y serás siempre el único. Mi único y eterno amor." Doblo esa servilleta y la meto en la botella, la cierro como si ya no se pudiese volver a abrir. Te miro, me estás mirando como quien mira una obra de arte abstracta, con dulzura e intentando descifrar el misterio de mis pensamientos. Leo en tus ojos que vas a echar a correr detrás de mi, pero me adelanto, corro, y lanzo esa botella al agua, manteniendo un secreto vivo. No preguntas, sabes que no tendrás la respuesta. Como dos niños, caemos al suelo, y crecemos en un instante. Me desnudas, te desnudo. Tu cuerpo y el mío es lo único caliente sobre el césped, y mientras las olas chocan contra el acantilado, hacemos el amor, en sintonía con todo aquello. En un momento estoy contando las estrellas del cielo, y tú los lunares de mi piel. Y nos abrazamos, besándonos, hasta que no podemos evitar dormirnos, hasta ahora. Creo que tengo cara de enamorada, con los ojos cerrados y esa sonrisa que se me pone al recordar lo feliz que he sido esta noche. Estoy decidida, voy a abrir los ojos. Tú te has adelantado, me miras, apoyando tu cabeza sobre la mano, aún tumbados en el césped. "Buenos días mi amor, ¿quieres que vayamos a desayunar? estarás hambrienta". Lo cierto es que sí, de él. Sonrío. Quiero despertar todos mis sentidos, desentumecerme. Me levanto con un pequeño giro y un saltito, y comienzo a acercarme a la parte mas baja del acantilado. Traviesa, riéndome de mí misma, bajo una par de rocas y considero que es una distancia a la que puedo sobrevivir. Y salto. Cuando quiero darme cuenta las aguas cristalinas ya han inundado mi piel. Miro hacia arriba y te veo caer, tu belleza supera a la de todo el paisaje. Te hundes, te busco debajo del agua. Te he encontrado. Solo quiero besarte, y lo hago. Te beso, y aunque el agua consigue refrescarme, no puedo evitar derretirme con el calor que desprendes.

domingo, 10 de junio de 2012

Lapsus de Medianoche.



                               
Le interrumpió ella con total determinación, y pudo sentir el frío glacial que se había instalado dentro de él hacía años, un frío que él había permitido que se instalara en su interior.

-No permitiré que sientas frío, le dijo ella, y empezó a retozar por su mente, besando cosas e infundiéndoles calidez.



Sus dedos recorrieron con ligereza el contorno de sus labios, que esbozaron una leve sonrisa.






Había sido, por necesidad para él, siempre medianoche. ¿Así que como era posible que el sol saliera justo en su medianoche?


domingo, 3 de junio de 2012

Summer.

-Puedo soportarte,contigo... Verano.





Puede que deposite cada día mi odio hacia el verano en repetirlo a cada hora, como si así disminuyese algo. Pero es una tontería. Hay una cosa de la que sí estoy segura. El verano es vivo. Es la estación por la que puedes disfrutar de ver bailar a las personas por la calle como peonzas enloquecidas, absorbiendo cada rayo de sol y cada bocanada de aire fresco de la noche. Verano es ese atardecer que queda plasmado aun en ti después de una tarde de  playa, la satisfacción de calmar un revolcon en agua fría sobre tu piel cálida y escuchar la llegada de cánticos de grillos bajo tu ventana. Verano no es solo calor, es pasión, deseo, el momento de viajar, de salir de aquí y allá, de trasnochar, conversar, amar y sobre todo, disfrutar.


-Ya hablé de ti antes, pero eres tan famoso para mi.

Volver para querer y no encontrar(te).





-He vuelto a casa. 
La recorrí de arriba a abajo buscando sus brazos, pero estaba vacía.
Busqué hasta el rincón más menudo de nuestro hogar, pero lo único que me abrazaba aquí era el silencio.
Y sin saber porqué eché a llorar. 
No sabía donde estaba o qué hacía, si volvería o no regresaría, jamás.
 Jamás, es una palabra tan fea..