domingo, 10 de junio de 2012

Lapsus de Medianoche.



                               
Le interrumpió ella con total determinación, y pudo sentir el frío glacial que se había instalado dentro de él hacía años, un frío que él había permitido que se instalara en su interior.

-No permitiré que sientas frío, le dijo ella, y empezó a retozar por su mente, besando cosas e infundiéndoles calidez.



Sus dedos recorrieron con ligereza el contorno de sus labios, que esbozaron una leve sonrisa.






Había sido, por necesidad para él, siempre medianoche. ¿Así que como era posible que el sol saliera justo en su medianoche?


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