-He vuelto a casa.
La recorrí de arriba a abajo buscando sus brazos, pero estaba vacía.
Busqué hasta el rincón más menudo de nuestro hogar, pero lo único que me abrazaba aquí era el silencio.
Y sin saber porqué eché a llorar.
No sabía donde estaba o qué hacía, si volvería o no regresaría, jamás.
Jamás, es una palabra tan fea..
No hay comentarios:
Publicar un comentario