A lo largo de mi vida se podría decir que verdaderamente, enamorarme, solo fue una vez. Ocurrió de total casualidad, ya había tenido varias decepciones en los intentos de encontrar a ese chico ideal y la verdad es que me negaba a abrir mis ojos y poderme vencer entre sus brazos. Él llegó así, con sus buenos encantos y bonitas palabras, como un estallido, pero que luego se calma...Me cegó completamente y como una tonta volví a caer. Eramos muy diferentes, pero pensé que sería cierto eso de que los polos opuestos se atraen, rotundamente, me equivoqué. Supo jugar conmigo entre juegos de palabras con música y después de todo, sus notas se precipitaron en mí en forma de lluvia cerrando la compuerta de mis ojos, de nuevo, me soltaron la mano.
Tras un gran tiempo, deje atrás todo eso, como se suele hacer... me convencí, me convencí de ser más fuerte y darme de nuevo, otra vez de nuevo, una oportunidad, y así lo hice. Puedo decir con la boca bien llena que a sido estupendo no estancarme en los malos tramos que te presenta la vida, porque gracias a eso, llevo un añito y dos meses contados por ahora con mi pareja actual. Pero tengo muchos peros que me retumban en la cabeza y me hacen sentirme estúpida. Siento un temor gigantesco, como un castillo de grande. Cada dos por tres me lastimo pensando que y si él podría haber conocido a alguien mejor que yo o si llega un día y se da cuenta de que ya a dejado de sentir la chispa que nos unió, de que encuentra a alguien que le haga más feliz o cómodo..o no sé.
Estoy enamorada de él hasta los huesos , hasta sentir que me asfixio y me falta el aire si no está a mi lado. Las noches las paso buscando su sombra en la oscuridad, abrazando la almohada tan fuerte hasta olvidarme de que no está y al fin dormir algo. Tengo tanto cariño que dar y que me den, que por una cosa u otra voy a estallar. No soportaría que me dejase, si no, adiós a este indefenso castillo.
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