miércoles, 29 de febrero de 2012

Tic Toc, detén mi reloj.



Nunca me consideré una chica guapa, ni lo bastante perfecta, bueno, nada perfecta...así que, ¿Qué le atrajo de mí? Un comienzo hermoso, increíble, como si hubiese tenido todo el tiempo los ojos tapados y estuviese soñando con algo irreal. Conforme los días, semanas y meses pasan, me asusto cada vez más, me asusto porque temo a que se acostumbre a mi ver mi cara, a compartir la misma estancia y lo peor de todo, a que se nos acaben las conversaciones.Yo, en cambio, poseo por desgracia este reloj que tengo como cabecita, que nunca deja de hacer tic toc, siempre da vueltas y vueltas sin parar, preguntándose y preocupándose de si quizá pasa algo, por qué él se encuentra distante y menos interesando en mí, y entonces volvemos a lo del principio, a las preocupaciones de si se habrá cansado de mí o si se habrá acostumbrado a que pasemos tanto tiempo juntos o a las tantas de las conversaciones que hemos mantenido ¡Oh por dios, que no se acaben por favor! Y por lo tanto, como no, mi carácter y mi físico adornan y arreglan más la situación aun...Una fea y cabezota chica, imperfecta en tantos sentidos...Siempre vuelvo a la conclusión de echarme la mierda encima y acabar siendo una tonta. Quisiera olvidarme de ser tan pesimista, interponer un muro ante todo aquello que me inunda y sentirme realmente bien, vacía de cenizas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario