Los cuervos de tu habitación te reconcomen el alma,
de nada sirve esconderse bajo la cama;
la oscuridad y el silencio te siguen a todos lados,
el paraguas de tu memoria está roto de mal tragos;
la lluvia cesa interrumpiendo un despejado amanecer,
pero la lluvia no es eterna, y en un nuevo mañana debes creer.
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